Los expertos en nutrición y salud advierten que la obesidad es ya una epidemia en los países desarrollados. Además, en la población infantil es frecuente encontrar alguno de los tipos de obesidad que hace unas décadas eran casos aislados.
Las consecuencias a medio y largo plazo del exceso de masa corporal (tener un porcentaje elevado de grasas dentro de lo que determina el peso corporal) dependen de la edad de la persona, la distribución dentro del cuerpo y de si estamos hablando de sobrepeso o de obesidad.
Diferencia entre sobrepeso y obesidad
Para tratar temas serios como los relacionados con la salud y la calidad de vida hay que llamar a las cosas por su nombre. Así pues, nos alejaremos de términos como gordo, curvy o fuertote, y vamos a hablar de sobrepeso y de obesidad en sus diferentes grados.
En ambos casos, todo parte de una sencilla fórmula matemática conocida como índice de masa corporal (IMC), que es el mismo en hombres y en mujeres. El IMC se calcula como el valor numérico que se obtiene al dividir la masa corporal, expresada en kg, entre el cuadrado de la estatura expresada en metros.
De manera general, se establece lo siguiente:
<18,5 | Peso insuficiente o infrapeso |
18,5-24,9 | Normopeso |
25-26,9 | Sobrepeso grado I |
27-29,9 | Sobrepeso grado II (preobesidad) |
30-34,9 | Obesidad de tipo I |
35-39,9 | Obesidad de tipo II |
40-49,9 | Obesidad de tipo III (mórbida) |
>50 | Obesidad de tipo IV (extrema) |
Por tanto, la obesidad es un caso más grave de exceso de peso que el llamado sobrepeso.
Tipos de sobrepeso y obesidad
La fórmula del IMC ha sido muy criticada por no tener en cuenta el sexo (los hombres suelen tener mayor proporción de masa muscular que las mujeres) ni la edad. Cuando es bien sabido que con los años, el metabolismo se hace más lento y resulta cada vez más difícil deshacerse de los kilos de más. En especial cuando no se deben a malos hábitos. Por si fuera poco, según el IMC, un atleta que compita en determinadas disciplinas podría sufrir sobrepeso, aunque su contenido en tejido adiposo sea inferior al de la gente con un peso normal.
Por ello, el valor del IMC se suele completar con una estimación del porcentaje de grasa corporal y también hay médicos que manejan tablas de índices de masa corporal con pequeñas desviaciones adaptadas a las personas mayores o a los deportistas, por ejemplo.
Lo que está claro es que una persona con un índice de masa corporal superior a 30 no debe su elevado peso a tener “los huesos anchos” ni a su masa muscular. Y si hablamos de grados avanzados de obesidad, es importante estudiar la distribución de la grasa corporal para estimar el riesgo de accidente coronario. La grasa más peligrosa en ese sentido es la que se acumula en el abdomen.
También se deben tener en cuenta las analíticas de sangre (cuando se es joven pueden arrojar valores correctos pese a padecer obesidad), la actividad física que realiza la persona y el estado de su musculatura. Si los músculos no se encuentran bien tonificados, las consecuencias del sobrepeso y de la obesidad sobre las articulaciones serán tempranas.
Consecuencias y cuidados necesarios
Resulta complicado hablar de las consecuencias para la salud de los distintos tipos de obesidad y de sobrepeso, y de los grados de obesidad cuando no se maneja el valor del porcentaje de materia grasa, pero vamos a intentarlo.
Con respecto a la imagen personal y la autoestima no hay nada que decir, pues entramos en un campo completamente subjetivo. Pero desde el momento en que sufres de sobrepeso, aunque sea sobrepeso en grado 1, algunas de tus articulaciones van a sufrir más desgaste que si pesaras menos. Nos referimos a los tobillos y las articulaciones del pie, por lo que usa un buen calzado siempre, pero con más razón si te sobran unos kilos.
Las personas con sobrepeso de grado 2 mantenido durante años comienzan a resentirse a edades tempranas también de las rodillas y, en caso de existir alguna lesión permanente en la espalda. Lo primero que se recomienda es intentar bajar de peso pero tonificando la musculatura, tanto la dorsal y la lumbar como la abdominal, que es la antagónica. Las mujeres con pechos muy grandes y pesados pueden sufrir dolores de espalda tan incapacitantes como para que la sanidad pública les pague una cirugía de reducción de peso, así que la cosa es seria.
Si sufres obesidad de tipo 1 ya es muy probable que te fatigues con facilidad y, sin darte cuenta, tu vida se irá haciendo cada vez más sedentaria aunque seas una persona joven.
Esto te introduce en un círculo vicioso que suele terminar en la obesidad mórbida (obesidad de tipo 3). Con la obesidad mórbida tu esperanza de vida se reduce drásticamente, por eso nos insisten tanto para que no lleguemos a entrar en la categoría de la obesidad.
Efectos en el descanso
A mayor presencia de grasa en tu cuerpo, hablando de niveles muy elevados, peor es el descanso. La obesidad se asocia con ronquidos y con problemas más serios, como la apnea del sueño. Y, si no descansas bien, te sientes cansado, rindes menos y sientes apetencia por hidratos de carbono por encima de lo que tu cuerpo necesita. Sin darnos apenas cuenta, nos hemos metido en otro círculo vicioso que nos hace engordar más.
Hábitos saludables
Para romper con estos círculos antes de que aparezcan secuelas irreversibles y para dar un descanso a las articulaciones que ya comienzan a sufrir de artrosis debido a un exceso de peso, hay que adoptar varias estrategias a la vez… además de distinguir los tipos de obesidad:
Comer de manera equilibrada es aplicable a todo el mundo. Aunque, las personas obesas suelen necesitar una dieta hipocalórica, mientras que quienes sufren de sobrepeso a veces consiguen mejorar su condición con ejercicio y buen descanso.
Sí, otra de las estrategias para perder peso es descansar bien. Durmiendo en un colchón adecuado, para evitar la fatiga causada por el sueño no reparador. Solucionado este punto, lo que queda es hacerte con unos zapatos cómodos y comenzar a caminar. Camina a tu ritmo, ampliando las distancias y la velocidad. No corras si padeces obesidad porque tus articulaciones se pueden dañar.
Cuando ya seas un ágil caminante, puedes plantearte comenzar con otros deportes si te apetece. Y si no es así, al menos cuida tu espalda. Realiza una tabla de ejercicios para tonificar los músculos de la espalda y del abdomen y así tener menos dolores lumbares o dorsales durante el día. Por la noche, tu colchón adaptado te ayudará a recuperarte por completo. Mientras que el buen calzado protege tus pies y tobillos durante el día, en tus caminatas y durante tu jornada normal.
Está en tus manos reducir el riesgo de enfermedades terribles como algunos tipos de cáncer, la diabetes o un ictus. No te pedimos que llegues al normopeso si no puedes. Pero sí, que salgas de la espiral gracias a un buen descanso (en un colchón que se hunde por tu peso no puedes descansar) tras una vida activa, adaptada a tus necesidades.
Si crees que solo no puedes. Pide ayuda a un médico endocrino quien, de paso, descartará o pondrá tratamiento a determinadas enfermedades que inducen a la obesidad.