Los ronquidos y el sobrepeso, relación entre ellos

Las personas con sobrepeso son más propensas a roncar cuando duermen. Además, el exceso de peso aumenta el riesgo de sufrir una de las enfermedades del aparato respiratorio, la apnea del sueño. Dejamos de respirar mientras dormimos y volvemos a hacerlo, emitiendo grandes ronquidos.

¿Por qué roncamos?

Los ronquidos son ruidos o sonidos que emitimos durante el sueño. Se produce con la vibración del aire, que en su camino por las vías respiratorias hacia los pulmones, contacta con el paladar y varios tejidos blandos de la faringe. Estas vibraciones se convierten en sonidos.

En mayor a menor medida, la mayoría de las personas roncan o han roncado en su vida. Puede ser de forma puntual o ser un hábito. En un mayor porcentaje los hombres son más roncadores que las mujeres.

La razón de que las personas ronquen no es única. Existen distintos condicionantes y factores que hacen que los durmientes emitan ronquidos mientras duermen. De ellas os hablaremos más adelante. La obesidad es uno de esos factores, te contamos la razón.

La obesidad causa de los ronquidos

Cuando una persona sufre de sobrepeso suele acumular grasa en el abdomen. El tamaño voluminoso de la tripa presiona el diafragma y los pulmones cuando el durmiente está en posición horizontal (acostado). Esta presión reduce el flujo de aire que llega a los pulmones, produciéndose los ronquidos para poder respirar mejor.

Cuando tenemos sobrepeso también acumulamos grasa en el cuello, lo que se conoce como papada, esta grasa genera problemas respiratorios que derivan en los ronquidos. Otra parte de nuestro cuerpo que tiene un tamaño mayor son las amígdalas, por lo que el aire al chocar con ellas emite sonido.

Hay estudios científicos que aseguran que si reducimos el nivel de sobrepeso entre un 10 y un 25%, los ronquidos disminuyen, llegando a ser posible que desaparezcan de nuestro sueño.

Otras causas de los ronquidos

Además de la obesidad, como os decimos, hay otros condicionantes que provocan los ronquidos.

Factores ambientales

Entre ellos hay factores ambientales (falta de humedad, calefacción, aire acondicionado) y asociados a hábitos (alcohol, tabaco, medicamentos para dormir). Estos factores resecan las mucosas y provocan la vibración y el consecuente ronquido. Si el ronquido se debe a estos factores es muy fácil de revertir. Simplemente humedeciendo el ambiente y eliminando los malos hábitos, dejaremos de roncar.

Factores físicos

Por último, encontramos los factores físicos asociados a enfermedades o problemas respiratorios. En estos casos es fundamental acudir a un especialista que determine la mejor solución para reducir y eliminar los ronquidos. Entre estos factores encontramos: resfriados, gripes, congestión nasal, obstrucción de las vías respiratorias, tabique nasal desviado, pólipos, rinitis, sinusitis.

La apnea del sueño

Dentro de los condicionantes físicos de los ronquidos encontramos la apnea del sueño, este trastorno supone que dejamos de respirar durante varios segundos. Y cuando volvemos a tomar aire se producen ronquidos muy sonoros, que en algunos casos llegan a despertar al propio durmiente.

Estas apneas (falta de aire) se miden por minuto. Según sea la cantidad de las mismas, la gravedad es mayor. Es importante acudir a un médico cuando sospechamos que podemos sufrir este trastorno. Hay tratamiento para ello y mejorará exponencialmente nuestra salud y nuestro descanso.

Si duermes acompañado, es muy fácil saber si sufres apneas. Los ronquidos llegan a ser tan escandalosos que impiden el sueño de nuestro acompañante. Si duermes solo, puedes fijarte en ciertas señales que indican que puedes padecer este trastorno: ronquidos ruidosos, levantarte cansado, quedarte dormido durante el día.

Cómo prevenir los ronquidos

En párrafos anteriores ya hemos hablado de algunas soluciones que pueden ser útiles para reducir y llegar a evitar los ronquidos. Según sea la causa, la solución es distinta. Si es una causa física, es importante ponerse en manos de especialistas; si es ambiental bastará con humedecer el ambiente o reducir la calefacción. En otros casos tendremos que adoptar hábitos de vida más saludable.

Una de las soluciones que puede tomarse de forma instantánea es cambiar nuestra postura de descanso. Si dormimos boca arriba es más fácil que ronquemos porque el flujo del aire por nuestras vías respiratorias genera más rozamiento. La mejor postura de descanso para no roncar es dormir de lado. Dormir boca abajo, también reduce los ronquidos, pero esta posición no la aconsejamos desde ColchonesXXL.es porque no es saludable para la espalda.