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En este blog nos preocupamos de todos los aspectos relacionados con el descanso adecuado y la salud de las personas con sobrepeso. El siguiente artículo creemos que puede resultarte interesante:

¿Dormir poco engorda? Descansar bien es saludable

Igual te sorprende el título del post, o nunca te habías planteado las consecuencias de dormir poco en relación al peso. La verdad es que la cantidad y calidad de horas de sueño influye en nuestro metabolismo y en el grado de actividad física que realicemos, entre otras cosas. ¿Dormir poco engorda? La respuesta es sí.

Dormir mal y poco influye en la capacidad del organismo de procesar la glucosa, hace que disminuya, lo que puede provocar altos niveles de azúcar en sangre y favorecer la diabetes o un aumento de peso.

Dormir poco, comer más

Las personas tienden a comer más cuando no duermen bien. Por un lado, los trastornos del sueño interfieren con los mecanismos de control del metabolismo que regulan el apetito, produciendo una disminución sustancial en el ritmo del mismo, y por otro, se produce una caída en los niveles de actividad física, lo que incide en el acopio de grasa.

Dormir poco engorda

El apetito crece si no descansamos

En la revista Muy interesante encontramos un artículo en el que se habla de un estudio de la Universidad de Stanford (EEUU) en el que se concluyó que “las personas que duermen menos de 5 horas, comparado con aquellas que duermen 8, producen mayores niveles de grelina y descenso en los de leptina. La consecuencia más importante de estas alteraciones neuroendocrinas es el aumento del apetito, especialmente por alimentos hipercalóricos y ricos en hidratos de carbono, para intentar sustituir la energía que no se recuperó por la falta de un sueño reparador. Y esto acaba provocando una sobrealimentación y, en último término, ganancia de peso”.

Decía Sophia Loren, que su secreto de belleza era dormir 8 horas diarias. Y ahora los científicos le dan la razón.

Comida basura

Los científicos de la Universidad de Berkeley también afirman que dormir mal engorda. En un estudio que realizaron comprobaron que los participantes que dormían mal tendían a pedir y comer alimentos hipercalóricos tipo pizza, pasteles y grasas. Se comprobó que cuando estamos cansados y somnolientos tendemos a tomar comidas con más azúcares y “calorías”, en definitiva, más contundentes, para intentar aportar energía a nuestro agotado organismo. Lo que el estudio concluye también es que la sensación de cansancio y de que necesitamos energía extra es una excusa de nuestro cerebro. Además respondemos de manera más impulsiva y menos reflexiva ante la comida. Cuando estamos más cansados, la amígdala (que regula las emociones y decisiones primarias) toma el control de nuestro cerebro (por lo tanto de nosotros mismos) desplazando la parte más racional a un segundo plano.

Ritmos circadianos

Por otro lado, estudios del Centro de Investigación Biomédica en Red-Fisiopatología de la Obesidad y la Nutrición (CIBERobn) de España han llegado a la conclusión que la alteración de los ritmos circadianos, especialmente en la infancia, podría favorecer la aparición de sobrepeso. Y a la inversa, la obesidad incrementa el riesgo de sufrir trastornos del sueño, como el insomnio, los ronquidos o la apnea.

La Dra. Empar Lurbe, investigadora y especialista en nefrología pediátrica apunta que “solo dormir una hora adicional de más por la noche disminuiría hasta un 36% la posibilidad de que los niños sufran sobrepeso“.

Como podéis leer, dormir poco engorda. Nuestra sugerencia es que si necesitáis descansar durmáis y escuchéis vuestro cuerpo. ¿Qué opinas? Puedes dejar tus opiniones en el campo de comentarios.

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